You can find an English-language version of this story here.
Cada día, después de la escuela, decenas de estudiantes locales se dirigen al centro Stepping Stones, situado en la autopista 133 en Carbondale.
Esta organización sin fines de lucro proporciona programas bilingües gratuitos, incluyendo tutorías, mentorías, actividades al aire libre, terapia de salud mental y apoyo en situaciones de crisis. Estos servicios están dirigidos a aproximadamente 400 jóvenes, de entre 10 y 24 años, residentes en la región desde Aspen hasta Parachute.
La organización, fundada en 2014, también ha asumido el rol de hogar para muchos, incluyendo un número creciente de estudiantes provenientes de familias inmigrantes. En consecuencia, la organización ha ampliado su oferta de servicios en español para atender mejor a esta comunidad.
Un miércoles por la tarde a finales de febrero, Stepping Stones bullía de actividad: los estudiantes más jóvenes participaban en actividades artísticas y manualidades guiadas, otros ayudaban a cocinar en la cocina y un grupo de adolescentes jugaba al billar en el sótano.
En un patio que conecta los dos edificios del centro, Eric Figueroa, estudiante de último año de la escuela preparatoria Roaring Fork High School, señaló la cancha de baloncesto.
"Ese lugar ha sido uno de mis favoritos, ya que aquí fue la primera vez que jugué al baloncesto", dijo Figueroa. "En mi pueblo o en mi ciudad no se veían este tipo de canchas y así me enamoré de este deporte".
Figueroa, que nació en Aspen, creció en México después de que sus padres decidieran regresar a su país natal cuando él era pequeño.
Pero su madre enfermó hace aproximadamente un año, y él y su hermano menor regresaron al valle de Roaring Fork para terminar la preparatoria y ayudar a pagar su tratamiento médico en México.
Figueroa dijo que al principio no se sentía como en casa sin el resto de su familia, pero entonces sus compañeros de clase le contaron de Stepping Stones.
"A la semana de haber llegado a la escuela, mis amigos me contaron de un programa maravilloso, donde podías hacer lo que quisieras", dijo Figueroa. "Y comí, había comida, había oportunidad de tener amigos, te daban muchas cosas, te daban oportunidad de entrar en la comunidad".
En su primer día en el centro, conoció a la coordinadora del programa para jóvenes adultos, Cinthia López Morales, quien le recordaba a su propia madre.
"Al principio con Cinthia yo tuve un choque un poco de carácter, ya que Cinthia es una persona de carácter muy fuerte, pero es algo que me recordaba mucho a mi casa ya que mi mamá es el mismo carácter", dijo Figueroa.
Aunque al principio se sentía intimidado por su fuerte personalidad, Figueroa llegó a apreciar que, al igual que su propia madre, Morales no tenía miedo de regañarle ni de ofrecerle amor y consejos duros.
"Cuando llegué aquí, empecé a tener una depresión muy fea por miedo a la enfermedad de mi mamá, por miedo a lo que pudiera pasar, por miedo a enfrentarme a cosas nuevas en este mundo, pero Cinthia habló conmigo y me dijo que todo iba a estar bien", dijo Figueroa. "Ella me podía comprender y ella me escuchaba y para mí eso fue lo más importante y me dijo que ella estaría aquí para mí".
Una tarde, cuando Figueroa se sentía especialmente deprimido, Morales se ofreció a llevarlo al parque Sopris, en Carbondale, para que pudieran hablar.
"Le pregunté: 'Quieres dar un paseo?'. Y él me respondió: 'Quiero gritar, quiero llorar, pero no puedo', dijo Morales. 'No puede llorar porque en nuestra educación, en nuestra cultura, a un hombre no se le permite hablar de sus debilidades, pero yo le dije: "No pasa nada. Puedes llorar'".
Morales llegó a Estados Unidos desde México hace unos 20 años para escapar de un matrimonio abusivo, y su experiencia al llegar a un lugar nuevo y tener que aprender inglés, le ayuda a identificarse con estudiantes como Figueroa.
"Cuando llegué aquí, estaba sumida en una profunda depresión porque me había divorciado y había tenido que huir de mi exmarido, que era policía y abusaba de mí", explica Morales. “Así que vine aquí con mis hijos y nada más, solo la ropa que llevaban puesta, mi bolso y un biberón”.
Reflejando las experiencias vividas por inmigrantes y refugiados
El subdirector de Stepping Stones, Jonathan Greener, cree que es importante contratar a personal como Morales, que anteriormente trabajó en YouthZone y como asistente de un abogado de inmigración, y que tiene experiencia de vida con la que los estudiantes pueden identificarse.
“Cuanto más ven nuestros participantes a personas que se parecen a ellos y tienen historias similares, mejores son sus resultados, por lo que intentamos valorar eso creando una comunidad que refleje a quienes atendemos”, dijo Greener. “Y no se trata solo del aspecto físico o del idioma, sino también de contar con un equipo que haya pasado por lo mismo que muchos de nuestros jóvenes o que simplemente tenga intereses en común”.
De los casi 400 estudiantes que participaron en Stepping Stones en 2024, el 78% se identificó como latino, y el año pasado, la organización sin fines de lucro atendió a unos 150 jóvenes nuevos, la mayoría de los cuales eran inmigrantes recientes de México y América Central y del Sur.
Desde el comienzo de este año escolar, el 96% de los nuevos estudiantes del programa para jóvenes adultos (de 15 a 24 años) de la organización son inmigrantes recientes o refugiados.
"Hemos observado un incremento considerable de jóvenes que enfrentan problemas de vivienda, así como un aumento en la proporción de recién llegados, inmigrantes y refugiados de habla hispana que solicitan asistencia en nuestros centros bilingües", informó Greener en un correo electrónico dirigido a Aspen Public Radio y Aspen Journalism.
En respuesta a ello, Stepping Stones ofrece ahora todos sus programas para jóvenes adultos en español, incluidos servicios como asistencia para vivienda y alimentación, y una reciente capacitación sobre “Conoce tus derechos” para jóvenes. La organización sin fines de lucro también abrirá un nuevo centro en Glenwood Springs este otoño, ampliando sus servicios para llegar a una mayor diversidad de estudiantes.
“Lo que observamos en nuestra región es que existían algunas barreras lingüísticas y culturales que estaban afectando a la capacidad de los jóvenes para acceder a muchas cosas, ya fuera la educación continua, los servicios directos o incluso simplemente conectar con los demás”, dijo Greener. “Aunque siempre hemos contado con un equipo principalmente bilingüe, estamos respondiendo a los cambios demográficos que se producen con el tiempo y queremos eliminar todas las barreras posibles para que los recién llegados, incluso aquellos que solo llevan aquí una o dos semanas, puedan venir a ver qué es Stepping Stones”.
Según la Aspen Community Foundation (ACF), que facilita la financiación y las oportunidades de colaboración para organizaciones sin fines de lucro desde Aspen hasta Parachute, un número cada vez mayor de organizaciones sin fines de lucro que prestan servicios a jóvenes de la región han realizado esfuerzos en los últimos años para ampliar sus servicios bilingües y biculturales.
“En los últimos años, se han realizado esfuerzos deliberados entre las organizaciones sin fines de lucro, especialmente aquellas que prestan servicios a jóvenes, para ser más conscientes de las diferencias culturales”, afirma Valerie Carlin, directora de impacto de ACF. “Esto incluye contratar más personal bilingüe y bicultural, asegurar que los materiales y los programas estén disponibles en inglés y español, y establecer relaciones de confianza con la comunidad inmigrante”.
Una estructura de apoyo y un lugar seguro
Al recordar su llegada a Estados Unidos, Morales desearía haber podido llevar a sus hijos a un centro bilingüe y bicultural como Stepping Stones.
“Sinceramente, como madre soltera que trabaja todo el tiempo, a veces ni siquiera sé si están haciendo los deberes, porque cuando llego a casa, ya están durmiendo”, explica Morales. “Por eso creo que lo más importante es que haya un lugar seguro donde los niños sepan que hay gente que se preocupa por ellos, además del apoyo que intentamos ofrecerles, como terapia, orientación y ayuda con los estudios”.
Por su parte, Figueroa está agradecido por la comunidad y el segundo hogar que ha encontrado en Stepping Stones.
“No importaba el color de la piel, no importaba de dónde vinieras, no importaba quién fueras, ellos te aceptaban tal como eres, y yo siento que eso es lo más importante de una familia”, dijo Figueroa.
Figueroa cree que este ambiente acogedor es especialmente importante en un momento en el que los inmigrantes y otras comunidades marginadas están siendo blanco de la administración Trump.
“Hay personas con miedo, hay personas que no saben qué hacer, hasta yo tengo miedo y yo soy ciudadano americano, pero tengo familia que no están en la misma situación que yo”, dijo Figueroa. “Más, sin embargo, Stepping Stones te da herramientas, te da ayuda, te da soporte, te da información de lo que puedes hacer y no y eso es, la mayor ayuda que podríamos recibir, el informarnos y el saber.”
Figueroa se graduará de la preparatoria a finales de este mes y este verano dirigirá un viaje de servicio de una semana en Colorado para los estudiantes de Stepping Stones.
Aunque está pensando en alistarse en el ejército después, también espera trabajar algún día en Stepping Stones, para poder ofrecer a otros niños el mismo apoyo y orientación que él recibió.
Esta noticia fue traducido en Español por Convey Language Solutions.