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Todos los años alrededor de esta época, los alumnos del último año del distrito escolar Roaring Fork presentan sus proyectos finales a maestros, compañeros y miembros de la comunidad.
Nannette Weinhold, coordinadora de proyectos finales de Basalt High School, dice que los proyectos son una oportunidad para que los alumnos tomen el control de su propio aprendizaje y se enfoquen en un tema que despierta su curiosidad.
“Eligen lo que quieren investigar y es experimental. Es decir que realmente salen y hacen algo”, dijo Weinhold. “Me siento muy esperanzada porque, especialmente durante la pandemia, he visto que los estudiantes tienen verdadera resiliencia y aprenden a solucionar problemas. Esa es una parte muy valiosa de su proceso educativo”.
Este año, Kelton Lee, alumno del último año de Glenwood Springs High School, encontró un viejo jeep Willys del año 1950 en un campo y aprendió a restaurarlo. Otro alumno del último año – que recientemente sufrió la pérdida de un familiar por suicidio – decidió entrevistar médicos forenses del valle y observar una autopsia.
Kelsy Been, directora de información pública de las escuelas de Roaring Fork, dice que una parte importante del programa es el tutelaje. “Los alumnos trabajan con expertos de la comunidad que comparten sus experiencias y les ayudan a dar forma a sus proyectos”, dijo Weinhold. “Durante el proceso, los alumnos desarrollan habilidades prácticas que les garantizan estar preparados para tener éxito en la universidad, en carreras modernas y en sus vidas adultas”.
Por ejemplo, Lyaileen Enriquez Trujillo, alumna del último año de Glenwood High School, quiere ser consejera y para su proyecto final trabajó a distancia con la consejera escolar Megan Rentz de la escuela primaria Sopris. Su proyecto final consistió en una serie de videos que creó para sus compañeros, cada uno de ellos con un enfoque sobre una diferente lección o ejercicio de salud mental.
“Quiero ser consejera porque me encanta ayudar a la gente a superar sus problemas,” dice Trujillo en su video de presentación (introductory video). “He creado para ustedes cuatro lecciones que incluyen mejorar el funcionamiento ejecutivo, recordar salir al aire libre aunque sea invierno, y también la gratitud”.
Yamilet Velázquez, alumna del último año de Basalt High School – que quiere estudiar comercio internacional en la universidad para poder explorar el mundo – dice que la primera idea que se le ocurrió para su proyecto final fue hacerlo sobre su perro, Max.
“Mi primer pensamiento fue sobre animales”, dijo. “Y entonces me dije, bueno, realmente me encantan los animales y adoro a mi perro. Somos como mejores amigos y hacemos todo juntos”.
Pero, después de pensarlo mejor, Velázquez decidió ir en una dirección mucho más seria. La idea definitiva para su proyecto se le ocurrió al recorrer la aplicación Tiktok y ver videos de gente de su misma edad que compartía sus experiencias sobre abuso y agresión sexual.
“Pasé tres o cuatro horas revisando cada una de esas historias”, dijo Velázquez. “Me llegó al corazón porque pude ver el dolor en sus ojos. Mucha gente pasa por esto y jamás nos enteramos”.
Para su proyecto final, Velázquez quiso crear su propio museo interactivo sobre temas de agresión sexual, pero eso resultó imposible al desatarse la pandemia. En cambio, ella descubrió una muestra llamada “¿Es mi culpa?” en el Centre Communautaire Maritime de Bélgica que intenta promover la concientización sobre violencia sexual. El museo mostraba diferentes clases de ropa que la gente tenía puesta cuando fue agredida sexualmente – desde un vestido veraniego hasta un uniforme policial y la parte de arriba del pijama de una niñita.
Cuando vio la muestra belga por internet, Velázquez decidió incorporarla a su proyecto. Creó su propio sitio web y su presentación de videos llamada “El museo de sobrevivientes de abuso y violación”.
En su presentación virtual, Velázquez nos lleva a un recorrido que parte de los videos Tiktok que la inspiraron para este proyecto, pasa por el museo de ropas de Bélgica y nos lleva hasta su conexión personal con el tema.
Al igual que el museo belga, el objetivo de Velázquez es terminar con el mito de que la ropa que usas hace que te agredan sexualmente. Como mujer joven que es, Velázquez dice que se topa con este mito constantemente, incluyendo la vez que usó un top cuando estaba en la escuela de enseñanza media.
“Estaba entrando por las puertas de la escuela y alguien dijo algo así como: ‘Por favor! ¿Me estás tomando el pelo? Te pueden violar con eso que llevas puesto’”. “Recuerdo que se lo conté a mi mamá y pensé ‘No puedo usar la ropa que quiero’”.
Este recuerdo todavía la hace sentir enojada y sabe que su presentación puede provocar fuertes sensaciones en su público. Por eso, durante la parte del video que muestra las prendas colgadas en el museo belga hace largas pausas para que la gente tenga tiempo de reflexionar.
“Me detengo en una imagen, dejo que suene música en el fondo un poco de tiempo, luego paso a la siguiente imagen, dejo que suene música en el fondo y luego voy a la última, y la última es la foto de la blusa de una niñita y dejo que la música siga por largo tiempo antes de hablar”, dice Velázquez.
En su presentación, Velázquez cuenta que cuando estaba en su primer año de escuela preparatoria se enteró que una persona de su propia familia, que ella admira y toma como ejemplo, había sido abusada durante su niñez.
“Ella fue muy fuerte para mí y me demostró que aún a pesar de todo eso se puede llegar a ser la persona más increíble”, le dice Velázquez al público en su video.
Poco tiempo después de que Velázquez se enterara de lo que pasó con su familiar, una íntima amiga le contó que ella también había sido abusada sexualmente.
“A medida que iba creciendo, siempre me dije a mí misma que nunca hay que juzgar a nadie por su aspecto externo”, dijo ella. “Y saber que hasta la gente que te es más próxima tuvo episodios que no había contado, [nos enseña que] hay que ser amables con todas las personas que conocemos porque no sabemos por lo que están pasando o por lo que han pasado”.
Velázquez dice que su amiga se sorprendió cuando se enteró que había decidido hacer su proyecto final sobre agresión sexual a pesar de que nunca lo había sufrido en carne propia.
“Me preguntaban ‘¿Por qué haces esto? ¿Por qué te interesas en nosotros?’ Algo así como, ‘si no pasaste por este sufrimiento, no deberías sufrir porque la gente no tenga conciencia de lo que está pasando’. No importa que yo no lo haya sufrido, el hecho es que tú lo sufriste y estoy usando mi voz porque tú no puedes usar la tuya”.
Velázquez dice que ella sabe lo que significa necesitar ayuda y que hubo un momento de su vida en el cual estuvo profundamente deprimida y hubiera necesitado que alguien hablara por ella.
“Estuve en un lugar oscuro y no usé mi voz”, dijo. “Pero, agradezco mucho haber estado en ese lugar oscuro y haberme transformado en la persona que soy hoy, y que hace que tengan una voz todos los que piensan que no la tienen”.
La salud mental siempre ha sido un tema importante para los alumnos del último año, dice Nannette Weinhold, la coordinadora de proyectos finales de Basalt High School. Y con tantos alumnos hacienda sus proyectos finales con temas tan serios como agresión sexual y suicidios, el distrito escolar se está asegurando que tengan acceso a una buena orientación y recursos sobre salud mental.
“Sé que Basalt High School ha aumentado el apoyo de salud mental para los alumnos”, dijo Weinhold.
Además de consejeros, la escuela ahora tiene un terapeuta de Mountain Family Health que habla español, un consejero de Hope Center, y ha recibido hace poco un subsidio del departamento de educación de Colorado para contratar especialistas en prevención
Si bien no es poco común que los alumnos del último año exploren temas de salud mental para sus proyectos finales, Weinhold dice haber observado que muchos se basaron en sus experiencias personales durante la pandemia.
“La clave de todo es tener una experiencia significativa. Creo que este año más que nunca, muchos alumnos realmente se han involucrado en proyectos significativos”.
Por su parte, Velázquez piensa que esto puede tener que ver con el hecho de que ella y sus compañeros han tenido durante la pandemia más tiempo solos para reflexionar y han estado ansiosos por volver a conectarse.
“Pienso que realmente afectó a muchos de nosotros, en el sentido de que nos hemos vuelto más unidos como comunidad y nos hemos dado cuenta de lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros”, dijo Velázquez.
Ya próximos a la graduación, esta unión fortalecida es algo que Velázquez y sus compañeros del último año de Roaring Fork llevarán consigo al siguiente capítulo de sus vidas.
“Después que se hayan graduado y seguido sus caminos, muchos se darán cuenta de la importancia que este proyecto verdaderamente tuvo en sus vidas”, dijo Weinhold. “Estoy totalmente a favor del aprendizaje basado en proyectos interactivos porque sé que estas son las experiencias que perduran toda una vida”.
Nota del editor: Si usted o alguna persona que conoce fueron víctimas de abuso o agresión sexual, puede llamar a la línea gratuita de atención para casos de agresión sexual al 1-800-656-4673. Ellos se contactarán con usted a través de un profesional de su zona competente en la materia.